“Nuestra estrategia de sostenibilidad es una convicción. si bien nacimos en 1900 sin este paradigma, en 2011 comenzamos este desafiante camino. cambiar la forma de trabajar y tomar decisiones no ha sido fácil, pero gracias a nuestros equipos y alianzas estamos construyendo sobre bases sólidas y colaborativas. A continuación les presentamos nuestro duodécimo reporte de sostenibilidad, en el que damos cuenta de los avances logrados y los retos que nos movilizan.”
Fuente: Reporte de sostenibilidad Paris 2022.
Trabajadores
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Sector Industrial
Retail
En Paris iniciamos la venta de ropa de segunda mano en 2020, y la iniciativa ha ido cobrando fuerza con la aparición de más actores decididos a desarrollar la circularidad mediante variedad en su oferta, así como clientes dispuestos a cambiar sus hábitos. Con nuestros aliados, ofrecemos los siguientes servicios:
Vestua: Servicio que facilita a las personas la venta de las prendas que ya no usa. La ropa se retira en su domicilio, se clasifica y se vende a través de canales online.
Nostalgic: Los clientes pueden acceder a vestuario de segunda mano en buenas condiciones
y a precios convenientes. Tienen las mismas condiciones de devolución que otros productos de Paris.
Retex: Las personas pueden llevar a nuestras
tiendas la ropa que ya no tiene posibilidad de reutilización. En Paris nos encargamos de evitar que llegue a vertederos y las entregamos a empresas que se encargan de su procesamiento para la creación de insumos a utilizarse en otros productos.
Paris Lab : Nuestros clientes tienen la opción de reparar o actualizar sus prendas. Esto último, a través de proyectos artísticos que les dan nueva vida mediante bordados, tachas, cristales,
parches y otros elementos.
The Romantic Show: Apoyamos la organización de eventos en que los consumidores pueden intercambiar ropa. Esto significa llevar prendas en buen estado que no usa para que sean clasificadas y puestas en los espacios de exhibición, a cambio de lo que reciben fichas para elegir lo que más les guste.
Hace cinco años nos propusimos triplicar la cantidad de productos que reinsertamos en el ciclo económico a 2025, meta que cumplimos con creces en 2022, con 555.172 unidades que pasaron por nuestras diversas iniciativas de circularidad. Resulta significativo el crecimiento 2021-2022 de un 76%, que revela el creciente interés de nuestros clientes por esta propuesta.
Campaña realizada en noviembre en forma conjunta entre Paris y Easy
+58.000 clientes participaron 112,7 toneladas de textiles recolectados para transformarlos en aislación térmica para 105 viviendas de 60m2.
Una de nuestras iniciativas de consumo local en 2022, fue volver a tejer, la que desde hace nueve años rescata el oficio del hilado y visibiliza el trabajo de mujeres artesanas, tejedoras e hilanderas que han dedicado su vida a mantener este oficio vivo.
Este proyecto también lo integran INDAP y Fundación Ona, con el objetivo de impulsar la actividad bajo las reglas del comercio justo y medioambientalmente responsable. Durante este periodo trabajamos con agrupaciones de hilanderas de las regiones de Valparaíso; O’Higgins y Los Ríos, involucrando en el proceso productivo a 50 usuarias del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP): Tejedoras de Millahue, Santo Vellón de Bucalemu y Agrupación Nieves Calcumin Lago Ranco, que hilaron para ovillos especiales para la técnica de palillo en torción suelta de título 2/1.
¿por qué es importante esta iniciativa local?
Porque a partir de las tejedoras locales, en primer lugar, podemos dar muestra de una producción limpia y baja en impactos ambientales. Estas lanas son ambientalmente responsables ya que son realizadas de una esquila natural, y luego teñidas con plantas nativas de diferentes tonos, como el quillay, el bollén y el quilo. Luego son trabajadas y tejidas en telares artesanales, lo que tiene un bajo uso de consumo de energía.
Al ser parte de Volver a Tejer, estamos incentivando la compra responsable, porque también contribuimos al rescate patrimonial de prácticas culturales de Chile, liderado por mujeres que muchas veces contribuyen económicamente desde ese oficio al país. Se trata, en suma, de poner en vitrina una producción que tiene 100% de trazabilidad, desde la elaboración de la materia prima hasta su comercialización.
El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.
Desde hace tiempo se reconoce que para conseguir una economía robusta se necesitan inversiones en infraestructura (transporte, regadío, energía, tecnología de la información y las comunicaciones). Estas son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible, empoderar a las sociedades de numerosos países, fomentar una mayor estabilidad social y conseguir ciudades más resistentes al cambio climático.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del 5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza.