VSPT Wine Group, cuenta con una larga trayectoria vitivinícola. Actualmente exporta a más de 80 países y es el segundo grupo exportador más grande de vino chileno. En Chile, es uno de los tres principales productores de la industria, liderando el mercado en ventas de botella fina.
El Grupo está compuesto por seis bodegas chilenas y dos argentinas: San Pedro, Tarapacá, Leyda, Santa Helena, Misiones de Rengo y Viñamar en Chile; La Celia y Graffigna en Argentina. Esta diversidad, nos permite una complementariedad de valles vitivinícolas, entre los más importantes de Chile y Argentina.
El Grupo posee 4.717 hectáreas plantadas, 4.084 en Chile y 633 en Argentina.
Cuenta con más de 1.200 colaboradores movidos por la pasión y una filosofía que une en perfecta armonía a hombre, tierra y tecnología.
Trabajadores
1303
Sector Industrial
Vitivinícola
Buscando reducir su huella de carbono, Viña San Pedro Tarapacá (VSPT) Wine Group, inauguró en 2016 dos proyectos de energía renovable para su operación, lo que le permitió posicionarse como líder mundial según Drinks Business, haciendo especial énfasis en el concepto de “Waste to Energy”. De esta forma se convirtió en la primera viña del mundo en transformar el 100% de sus residuos orgánicos de vendimia, es decir más de 9.000 toneladas de orujos y escobajos, en energía limpia y renovable para producir sus propios vinos.
Biodigestores para una energía limpia
En alianza con Genera Austral, empresa experta en biodigestores, se comenzó a construir la primera planta de biogás en el mundo que suministra energía eléctrica y térmica a una viña, a partir de sus propios residuos orgánicos de vendimia. El proyecto contempló el potencial de generación de 1 MWh de energía limpia, es decir el equivalente al 60% de la energía eléctrica que necesita la viña para operar su bodega y el equivalente al consumo de 3.200 hogares en un mes. La planta consta de dos biodigestores, donde microorganismos digieren los residuos vinícolas para generar gas metano, el cual posteriormente es transformado en un motor de cogeneración de energía eléctrica, en este proceso se genera también energía térmica. Además, los residuos que pasan por el biodigestor se convierten en materia orgánica rica en nutrientes que se reintegra en los viñedos como fertilizante orgánico mejorando los suelos del sembradío.
Ciclo productivo sustentable
Gracias a esta innovación se logró cerrar el ciclo productivo de forma sustentable bajo el concepto de economía circular, utilizando residuos generadores de energía y a su vez reutilizando el biodigestado como biofertilizante para los viñedos. El proceso cierra de manera redonda generando impactos positivos en toda la cadena de producción.
Mini hidroeléctrica “El Rosario”, es una iniciativa que nace el año 2012 gracias a la alianza entre Viña San Pedro Tarapacá (VSPT) Wine Group y la empresa Errázuriz y Asociados, con el objetivo de aprovechar las aguas del canal de regadío alimentado por el río Maipo para generar energía eléctrica limpia destinada a la operación de la bodega de Viña Tarapacá. Luego de cuatro años de desarrollo se inauguró en 2016, la primera mini central hidroeléctrica de paso en una viña chilena, capaz de generar 250 kWh de energía lo que representa el 60% del consumo eléctrico de la bodega Tarapacá.
Innovaciones energéticas
La planta de biogás y la mini hidroélectrica de paso, buscan aumentar el consumo de energía limpia en las operaciones, reduciendo la huella de carbono y su impacto al medio ambiente. Ambos proyectos sumados generan mensualmente el equivalente a la energía consumida por 4.500 hogares en Londres en un mes. La energía que no sea consumida por San Pedro, será inyectada directamente al Sistema Interconectado Central (SIC), aportando así energía limpia al país.
El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.
La energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos. El acceso universal a la energía es esencial.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del 5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza.