Transelec es el principal proveedor de sistemas de alta tensión del país, con casi 10.000 kilómetros de líneas y cerca de 60 subestaciones de 500 kV y 220 kV, desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de Los Lagos. Es la principal empresa de transmisión de energía eléctrica en Chile, transporta la energía que ilumina al 98% de la población entre Arica y Chiloé, con un 58% de participación del Sistema Eléctrico Nacional. Transelec es propiedad de un consorcio integrado por los fondos canadienses Canadian Pension Plan Investment Board (CPP), British Columbia Investment Management Corp. (bcIMC) y Public Sector Pension Investment Board (PSP), y de la empresa China Southern Power Grid International (CSGI).
Trabajadores
509
Sector Industrial
Energía y Combustible
El programa Creciendo Juntos, desarrollado por Transelec en las comunidades mapuche “Juan Huenchumil Quintupil (JHQ)” de Padre Las Casas y “Rucaco” de San José de la Mariquina, tienen como objetivos principales la construcción de relaciones de confianza entre la compañía y dichas comunidades, y que la presencia de Transelec en el territorio, signifique una oportunidad de desarrollo para ambas. De ahí el nombre “Creciendo Juntos”, que busca reflejar la idea de que, así como Transelec crece las comunidades en su área de influencia, también. Mediante este proyecto de inversión social, se busca potenciar el desarrollo económico en ambas comunidades, para avanzar desde una economía de subsistencia a una economía productiva, en la que incluso se logre la venta de productos excedentes fuera de la comunidad. El proyecto en la comunidad JHQ, consiste en fomento agrícola y en la comunidad de Rucaco, en desarrollar artesanías y emprendimientos. En ambas comunidades, se entregó equipamiento y herramientas mediante un capital semilla, se realizaron capacitaciones y aportó asistencia técnica. Como resultados principales, después de tres años de trabajo, ambas comunidades han aumentado la superficie productiva agrícola en 4,2 hectáreas, con un impacto positivo en el ingreso familiar promedio de $200 mil pesos. Adicionalmente, se ha construido una relación de confianza en ambas comunidades que ha permitido avanzar en el diálogo para el desarrollo de nuevos proyectos durante el periodo 2018 – 2019.
Este programa orientado a apoyar la educación de los niños y apoderados de las comunidades vecinas a las subestaciones de Transelec, incluye el aporte de asistencia técnica y la entrega de equipamiento en escuelas rurales. El énfasis temático de este programa, es energía y medio ambiente, a través de proyectos interdisciplinarios. En escuelas mapuche, se desarrolla además, un programa de pueblos originarios con el objetivo de contribuir a la construcción de identidad cultural de los niños de escuelas ubicadas en zonas indígenas. La actividad principal es la producción de cuentos -en lengua Mapudungún “Epew”- que recogen la historia del sector, desde el contexto sociocultural mapuche. Durante 2017, la empresa trabajó con 16 escuelas vecinas a 10 subestaciones, a través de 18 cursos en los que participaron 469 alumnos. Desde la creación de Juega +, Transelec ha beneficiado a más de 5.000 niños entre Atacama y Los Ríos.
La línea Lo Aguirre – Cerro Navia, construida en 2017 y 2018, es un ejemplo de integración de sostenibilidad desde el diseño, apuntando a que las líneas tengan un menor impacto en el entorno, sobre todo en áreas urbanas densamente pobladas. Frente a la necesidad de construir una nueva línea de transmisión entre estas subestaciones y a la situación de alta densidad del territorio, Transelec planteó como solución, elimina la línea ya existente de menor capacidad, y construir sobre la misma franja, una línea nueva de mayor capacidad. Adicionalmente, planteó el cambio de torres por postes urbanos en 16 kilómetros de línea y el desarrollo del primer tramo urbano subterráneo de línea de alta tensión en 1,5 kilómetros correspondientes al parque Javiera Carrera, el que no tendrá líneas de alta tensión de Transelec en su interior. Los postes urbanos o “mono postes”, utilizan un 90% menos de superficie, disminuyendo así el uso del espacio público y su impacto visual. Por lo mismo, son percibidos como más amigables por la comunidad. El soterramiento de una parte de la línea de transmisión, evita el impacto sobre el espacio público cuando entra en operación. En el caso de la línea Lo Aguirre – Cerro Navia, esto es fundamental porque el tramo subterráneo está en un parque de uso público, que gracias al proyecto dejará de tener torres y líneas en la superficie.
Medidas preventivas de preparación frente a emergencias, coordinación con otros actores relevantes y propuestas de mitigación, fueron las lecciones más importantes para el país que arrojaron los casi 3.000 incendios que afectaron entre Coquimbo y Los Lagos, a inicios de 2017. El fuego destruyó zonas pobladas y rurales y arrasó con casi 600 mil hectáreas de bosque, de las cuales 15 mil corresponden a bosque nativo. Por ello, durante el año Transelec realizó una serie de iniciativas operacionales, de mejora tecnológica, de capacitación y de coordinación, con el objetivo de prevenir y anticipar una emergencia, en particular en las instalaciones ubicadas en zonas sensibles.
A partir de esta experiencia, trabajó en mejorar los controles de riesgo en las instalaciones más expuestas y en analizar los posibles impactos de un incendio que afectara, simultáneamente, varias líneas de transmisión. Además, diseñó un procedimiento específico de actuación ante incendios forestales. En lo operacional, aumentó los equipos de brigadistas en terreno, dedicados al control de la vegetación en las franjas de seguridad, con el fin de apoyar a los dueños de los predios en las tareas de despeje. Igualmente, recibió asesoría de empresas forestales para definir tareas preventivas en el manejo de bosques circundantes a las líneas, evitando así emergencias mayores. Además, mejoró el protocolo de acceso a los predios para asegurar el despeje de la vegetación y de otros materiales en la franja de seguridad de las líneas. Esto último ha sido apoyado a través de una campaña de comunicación pública y en directo con los propietarios. Finalmente, incorporó nuevas tecnologías, como el uso de drones para monitorear y asegurar un adecuado despeje en las franjas de seguridad. Dado que las emergencias deben ser abordadas por múltiples actores, se decidió que la segunda versión de “Conversaciones que Conectan”, sean realizadas en la ciudad de Talca, en conjunto con otros actores públicos y privados que estuvieron en la zona de emergencia durante los incendios.
Un ejemplo de gestión del resguardo del patrimonio natural, cultural e histórico, es el proyecto “Subestación Seccionadora Frontera”. Inicialmente, la ubicación de la línea asociada a esta subestación estaba al interior del sitio prioritario “Oasis de Quillagua” y pasaba sobre un sitio arqueológico, correspondiente a un taller lítico denominado “La Capilla”. Conscientes de esta situación, Transelec decidió aproximarse a la autoridad y a la comunidad, y optar por hacer la línea fuera del sitio prioritario, rodeando el sitio arqueológico. De esta forma, no se interfirió con el componente cultural ni con los atributos naturales del lugar. Otro desafío en materia de resguardo del patrimonio histórico cultural, fue la obtención de la RCA del proyecto “Los Changos – Kimal”, el que realiza con otra empresa del Grupo Transelec. Se requería contar con la aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales para construir una línea de aproximadamente 140 kilómetros de longitud, que pasaría por Algorta, una de las zonas más ricas en materia de patrimonio arqueológico de Chile. El diseño de esta línea, se ajustó a la presencia de más de 150 sitios arqueológicos en las inmediaciones del proyecto. Además, para su construcción, Transelec comprometió una serie de medidas orientadas a resguardar este patrimonio, como monitoreo arqueológico, cerco provisorio de sitios de interés, señalética, capacitación a los trabajadores y tendido del conducto eléctrico mediante arpón, uso de dron u otra técnica de alzamiento, con el objetivo de no afectar los sitios identificados.
El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza. Gestionadas de forma adecuada, la agricultura, la silvicultura y la acuicultura pueden suministrar comida nutritiva a todo el planeta, así como generar ingresos decentes, apoyar el desarrollo centrado en las personas del campo y proteger el medio ambiente. Pero ahora mismo, nuestros suelos, océanos, bosques y nuestra agua potable y biodiversidad están sufriendo un rápido proceso de degradación debido a procesos de sobreexplotación.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del 5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza.
La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo.
Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más. En el mejor de los casos, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4000 millones de personas vivía en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5000 millones para 2030. Se necesita mejorar, por tanto, la planificación y la gestión urbanas para que los espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Desde hace tiempo se reconoce que para conseguir una economía robusta se necesitan inversiones en infraestructura (transporte, regadío, energía, tecnología de la información y las comunicaciones). Estas son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible, empoderar a las sociedades de numerosos países, fomentar una mayor estabilidad social y conseguir ciudades más resistentes al cambio climático.
A nivel mundial, el número de personas en situación de extrema pobreza disminuyó desde un 36 % en 1990 hasta un 10 % en 2015. No obstante, el ritmo al que se produce este cambio y la crisis provocada por el COVID-19 pone en riesgo décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. Una nueva investigación publicada del Instituto Mundial de Economía del Desarrollo de Naciones Unidas, advierte que las consecuencias económicas de la pandemia, podrían incrementar la pobreza en todo el mundo, afectando a un 8 % de la población mundial. Esta sería la primera vez, en 30 años, en que la pobreza mundial aumente.