En Empresas Iansa somos una compañía de alimentos de origen natural, con sólida presencia en el mercado chileno e internacional. Cómo únicos productores de azúcar en Chile, tenemos el récord mundial en el rendimiento productivo de la remolacha. Hoy contamos con tres divisiones de negocio consolidadas: División Industrial, División Retail y División Agro.
Nuestros productos provienen de la tierra, y 70 años de historia nos permiten ser reconocidos como una de las principales compañías agroindustriales de Chile. En nuestras áreas operacionales contamos con un amplio portafolio de productos alimenticios, tanto para personas como para animales, así como insumos agrícolas.
Para estar en sintonía con nuestros clientes y consumidores, hemos innovado en productos de origen natural, como azúcar en diferentes versiones y endulzantes no calóricos, legumbres, arroz, platos listos, alimentos para mascotas, pasta de tomates, pulpas de frutas, jugos concentrados, entre otros productos. También, aportamos soluciones nutricionales para bovinos y equinos, y nos hemos especializado en insumos agrícolas y fertilizantes de especialidad.
Esta gran variedad de productos, elaborados de la mano de la innovación, nos ha permitido ser una empresa que avanza en el camino de la sostenibilidad, logrando desarrollar una economía circular, incorporando el uso de tecnologías para aprovechar mejor las materias primas en nuevos productos, revalorizando residuos y optimizando una producción sostenible.
Trabajadores
1300
Sector Industrial
Agroindustria
INNOVACIÓN EN PROCESOS
La inversión en investigación y desarrollo es fundamental para el crecimiento de nuestro negocio agrícola, desde lograr mejores materias primas, hasta hacer más sustentables y eficientes los procesos productivos. El enfoque de Empresas Iansa en ese sentido se extiende hacia toda la cadena de valor, entendiendo la importancia de trabajar junto a nuestros grupos de interés para impulsar y alcanzar las mejores prácticas de la industria. Durante 2019, la compañía realizó varias inversiones, fundamentalmente en el testeo del comportamiento de cultivos – sobre todo en remolacha- en relación con fungicidas, mitigación de enfermedades del cultivo o desarrollo de nuevas líneas varietales con mayor tolerancia y mayor potencial de rendimiento, tales como tomates, frutillas y zanahorias.
También trabajamos en ofrecer paquetes tecnológicos para la optimización del manejo de la remolacha desde su cosecha hasta el proceso industrial para permitir aumentar la polarización de la remolacha e incrementar la recuperación de sacarosa en fábrica.
Asimismo, desarrollamos nuevas tecnologías aplicadas al cultivo de la remolacha junto a los proveedores de Maule, Ñuble y Bio Bío. El trabajo, en este ámbito productivo, con instituciones como CORFO e INDAP, permite realizar transferencia tecnológica a los proveedores y, por otro lado, impulsar prácticas más sostenibles para la producción de materia prima. De esta manera, durante el año, 50% de los agricultores remolacheros participaron en los proyectos de transferencia tecnológica.
El establecimiento de alianzas entre distintos actores y el trabajo colaborativo son claves para impulsar el desarrollo sostenible en el rubro agrícola.
Además, como resultado del proceso se definió la línea base de Huella de agua y carbono del cultivo de remolacha, permitiéndonos proponernos una meta de disminución de un 10% de cada una, para los próximos 3 años.
El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza. Gestionadas de forma adecuada, la agricultura, la silvicultura y la acuicultura pueden suministrar comida nutritiva a todo el planeta, así como generar ingresos decentes, apoyar el desarrollo centrado en las personas del campo y proteger el medio ambiente. Pero ahora mismo, nuestros suelos, océanos, bosques y nuestra agua potable y biodiversidad están sufriendo un rápido proceso de degradación debido a procesos de sobreexplotación.
Desde hace tiempo se reconoce que para conseguir una economía robusta se necesitan inversiones en infraestructura (transporte, regadío, energía, tecnología de la información y las comunicaciones). Estas son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible, empoderar a las sociedades de numerosos países, fomentar una mayor estabilidad social y conseguir ciudades más resistentes al cambio climático.