Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), no se ha identificado una única causa del descenso de la población de abejas. Sin embargo, se barajan factores dentro de los cuales está incluido el hambre y la malnutrición de los insectos, producto de sequías que dejan como consecuencia una baja floración y disponibilidad de néctar como alimento base de la especie. El mes de enero de 2015, fue el mes más seco de los últimos 57 años y el mismo mes de 2016, fue el más templado de los últimos años generando un estrés en los árboles que inhibió la floración de praderas y bosques y con ello no hubo néctar de alimento para los enjambres.

Protección apícola

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos en todo el mundo y 72 de ellos se polinizan gracias a las abejas, por lo tanto, cualquier aporte en la protección de ésta especie es fundamental para la soberanía alimentaria.

Líneas  de acción:
1) Desde 2014, se apoyan a los Apicultores Mapuches y Pehuenches de la comuna de Alto Biobío, en el diseño de un programa de ayuda entregando 10 toneladas de azúcar, para el 2016 se unieron las comunidades indígenas de Butalelbun, Malla-Malla, Trapa Trapa, Cauñicú y Pitril, además de otros sectores.
2) Convenio con la Red Apícola Nacional, para la venta directa (a precio preferencial) de azúcar como alimento complementario de Abejas en el invierno, cuando no hay flores y por tanto tampoco Néctar. Además, se están desarrollando investigaciones para formular nuevos productos nutricionales de uso apícola.
3) Adhesión al Programa Internacional de Biodiversidad, Operation Pollinator, de la empresa Syngenta, buscando aumentar el número de insectos polinizadores y nativos, creando hábitats específicos, adaptados a las condiciones locales. En este sentido, se habilitaron dos parcelas pilotos en la empresa, para sembrar y cultivar flores melíferas que permitan ampliar el pool de alimento para esta importante especie.

El objetivo es contribuir en la disminución de la mortalidad de abejas, por efecto de inanición en factores ambientales, de esta forma hacer más asequible y económico el alimento complementario para apicultores en periodo invernal.

Logros de la iniciativa: la azúcar donada, permitió a 250 apicultores de las regiones del Maule y Biobío poder sobrevivir el periodo de invierno, habilitando a las abejas en la producción de miel para continuar con sus labores de polinización, actividad primordial en la cadena agrícola productiva. 

Se disminuyó a 0% la mortalidad del 30% en invierno por falta de alimentos. Además, en relación a la venta directa de alimento para la red apícola nacional, potencialmente el convenio está pensado en proveer comida para más de 500.000 colmenas a nivel nacional.

Según la Comisión Nacional de Riego (CNR, 2011), las precipitaciones de los últimos 30 años han disminuido en la zona centro sur entre un 15 a 20%. La contaminación de las aguas subterráneas por uso excesivo de fertilizantes y erosión de la capa fértil del suelo también son uno de los mayores problemas, en casi todos los países en vías de desarrollo y desarrollados.

Producción de alto rendimiento

Dado el aumento de la población, la creciente demanda mundial de alimentos y la limitada disponibilidad de recursos naturales (agua y suelo), los remolacheros junto a la compañía están conscientes de la necesidad de producir más con menos. En la temporada 2016, se alcanzó nuevamente el record mundial de producción por hectárea, con un rendimiento nacional de 106,4 toneladas posicionando a la remolacha como uno de los más productivos. Cabe destacar el importante impacto social por las plazas de trabajo directas e indirectas que se generan a agricultores, prestadores de servicios, proveedores, transportistas, entre otros.

Riego tecnificado para aprovechar el recurso hídrico
Se ha desarrollado un cultivo de alta innovación, incorporado en los últimos 10 años el riego tecnificado llegando actualmente a un 70% de la superficie de cultivo de remolacha. El aumento en promedio de un 90% de la producción comparado con el año 2000, ha permitido llegar a una tonelada del producto con 67% menos de agua. Por otra parte, el arrastre de fertilizante a napas freáticas es notablemente menor y la eficiencia en la nutrición de la planta es mayor, bajando a la mitad el suministrado de abono por hectárea y evidenciando mayores rendimientos.

Labores conjuntas con los agricultores:
– Implementar el riego tecnificado para asegurar la sostenibilidad de la producción.
– Incrementar la superficie cultivada de remolacha bajo este sistema.
– Aumentar la eficiencia del uso del agua con regadíos inteligentes.
– Aumentar la rentabilidad del cultivo.
– Producir en forma más limpia y sostenible

Gracias a estas iniciativas se alcanzaron los siguientes resultados:
-Pasar de 56,1 ton/hectárea (temporada 99 – 00) a 106,4 ton/hectárea (temporada 15 – 16).
– 67% de menor consumo de agua.
-188.414 Beneficiarios directos e indirectos del cultivo y del proyecto entre personal permanente, temporal, transportistas, agricultores, prestadores de servicio, operadores, mano de obra.
– Disminuir en un 50% el consumo de Fertilizantes.

De acuerdo al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), los efectos del Cambio Climático en Chile se traducirán en aumento de temperatura en la mayor parte del país y la disminución de las precipitaciones que tendrán efectos directos sobre la disponibilidad del recurso hídrico en distintos usos, afectando sobre todo el sector agropecuario. Según la Comisión Nacional de Riego (CNR, 2011), las precipitaciones de los últimos 30 años han disminuido entre un 15% a 20%. “Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental” (portalchilenodelagua.cl), de acuerdo a lo anterior, para hacer sostenible el cultivo de la remolacha, Iansa ha buscado tecnologías de optimización para el uso del agua, a fin de estar preparados frente a la escasez que acrecienta año a año.

En el 2016, la superficie de remolacha sembrada por la corporación junto a los agricultores alcanzó un total superior a las 14.000 hectáreas, las cuales se distribuyen en las regiones del Maule, Biobío y Araucanía.

Monitoreo del agua

A causa de la disminución de los niveles de agua, se decidió innovar con tecnología de última generación, mediante el proyecto “Aquasat Monitor” que a través de imágenes satelitales, monitorea el estado hídrico de la remolacha, mediante la evapotranspiración de cultivo (pérdida de agua), generando mapas que muestren el estado hídrico de la superficie de la siembra. La actualización de los mapas ocurre con una frecuencia de ocho días y se prioriza la superficie que presenta una situación deficitaria de la plantación, la información generada por el sistema permite a la empresa orientar de mejor manera el riego para los más de 800 agricultores que labran la tierra.

Específicamente, este desarrollo tecnológico ha permitido optimizar la gestión del agua, priorizando los predios que requieren atención inmediata dando recomendaciones oportunas para superar posibles ineficiencias del recurso. De esta manera, con la instalación del monitor se han alcanzado las 106,4 toneladas, base 16% de sacarosa por hectárea a nivel promedio nacional en 2016. También se ha logrado producir una tonelada de remolacha con un 67% menos de agua que hace una década atrás, con esto Iansa alcanza cuatro veces el record mundial de productividad de remolacha por hectárea.