Hace más de 120 años que FCAB presta servicios de transporte en el norte del país. Pero su historia no comienza en tierras latinas, sino en Londres, durante 1888, cuando capitales ingleses adquirieron el ferrocarril y todos los derechos que la Compañía Huanchaca tenía hasta ese año. A partir de 1980, formó parte de lo que hoy se conoce como Antofagasta PLC, parte del Grupo Luksic. FCAB es un conglomerado de cuatro áreas de negocio: FCAB Ferrocarril de Antofagasta, FCAB Transportes Integrados Train, FCAB Shippers y FCAB Ingeniería y Servicios, que en conjunto brindan soluciones de transporte integral en la Región de Antofagasta. Cuenta con 700 kilómetros de vía férrea, infraestructura que inició su construcción en Antofagasta y concluyó en Ollagüe –localidad fronteriza- en catapultándose como el primer ferrocarril de la zona.
Trabajadores
1332
Sector Industrial
Transporte y Logística
Mujeres operadoras ferroviarias:
Tras la implementación del Programa Aprendices “Mujer Ferroviaria 2018”, en 2019 avanzamos con la incorporación de 6 mujeres a la operación. Un hito no sólo a nivel local, dado que se trata de las primeras futuras maquinistas del norte de Chile que podrán desempeñar un inédito oficio en los patios y terminales de Antofagasta y Mejillones.
Nos unimos a la celebración del 140 aniversario de Calama entregando a la comunidad este espacio de 2.800 m2 y más de 250 mil dólares de inversión, en el cual los habitantes loínos podrán tener momentos de cultura y esparcimiento.
El proyecto contempló la restauración de cuatro coches de pasajeros que serán habilitados con ocho puestos para emprendedores locales, así como la puesta en valor de diferentes piezas de museo referentes a la tradición ferroviaria, en exhibición a la comunidad.
Por su ubicación, en el Paseo Estación Calama, los vecinos podrán ver a diario cómo es la operación de los trenes de FCAB, la carga de petróleo a las locomotoras y algunas labores de mantención que realizan los trabajadores, lo que simboliza la sana coexistencia entre el ferrocarril y la ciudad.
La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del 5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza.
Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más. En el mejor de los casos, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4000 millones de personas vivía en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5000 millones para 2030. Se necesita mejorar, por tanto, la planificación y la gestión urbanas para que los espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.