Fundada en 1883, Viña Concha y Toro se ha convertido en el principal productor de vinos de Latinoamérica con una destacada posición entre las compañías de vino más importantes del mundo y una presencia en 140 países. La compañía posee alrededor de 11.300 hectáreas de viñedos en Chile, Argentina y Estados Unidos. Su portafolio incluye los íconos Don Melchor y Almaviva y su marca emblemática Casillero del Diablo, además los vinos Trivento de Argentina y Fetzer de California. En 2015 Viña Concha y Toro ingresó al Dow Jones Sustainability Index Chile, primer índice de sustentabilidad de la Bolsa de Santiago, en 2017 ingresó al Top 10 a nivel global del Índice de Sustentabilidad Dow Jones en la categoría bebidas.
Trabajadores
2800
Sector Industrial
Vitivinícola
Reducir el impacto ambiental de las operaciones ha sido un eje de trabajo prioritario para la compañía. Hemos reducido nuestras emisiones globales de GEI a través de una variedad de iniciativas, incluidas la eficiencia energética y uso de energías renovables, las mejoras en el tratamiento de aguas residuales y el reúso y reciclaje de más del 97% de los residuos sólidos.
En 2019, Viña Concha y Toro se convirtió en la primera empresa latinoamericana en establecer objetivos de reducción alineados con el objetivo global de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5ºC aprobados por Science Based Targets Initiative (SBTi). De esta forma, la compañía asumió el compromiso de reducir sus emisiones absolutas de Alcance 1,2 y 3 en 55% al año 2030 con respecto al año 2017.
Además, la compañía adhirió a la iniciativa Business Ambition for 1,5ºC, promovida por Naciones Unidas, UN Global Compact, Science Based Targets initiative (SBTi) y We Mean Business Coalition, y que busca generar altos niveles de compromiso por parte del mundo empresarial que aceleren el logro de los objetivos climáticos establecidos en el acuerdo de París. Con este compromiso, Viña Concha y Toro ratifica su espíritu pionero en prácticas sustentables, ayudando a reducir los riesgos que plantea el cambio climático y demostrando su liderazgo y compromiso en esta materia. Además, busca demostrar que es posible que las empresas trabajen por este ambicioso objetivo mientras continúan el ritmo de crecimiento de sus negocios.
Respecto a la meta vigente de reducir las emisiones de alcance 1 y 2 por litro producido en 30% al 2020 respecto al año 2014, durante el período 2014-2019 se alcanzó una reducción de 27%.
Viña Concha y Toro ha definido la innovación como uno de los pilares diferenciadores, aportando a través de la transferencia de nuevos conocimientos y tecnologías al aumento de la competitividad de uno de los sectores económicos más relevantes en Chile. A través del Centro de Investigación e Innovación (CII) impulsa diversas iniciativas de I+D y alianzas estratégicas para el logro de sus objetivos: “Promover la investigación aplicada, la transferencia tecnológica y la innovación con el fin de asegurar la excelencia productiva multiorigen de nuestra compañía, la sostenibilidad de nuestros procesos y potenciar la vitivinicultura nacional”.
CONVENIO DE COLABORACIÓN CON SERVICIO AGRÍCOLA GANADERO
Reforzando su compromiso con la promoción de la investigación aplicada, la transferencia tecnológica y la innovación en la vitivinicultura nacional, el Centro de Investigación e Innovación (CII) de la compañía y el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) firmaron en 2019 un convenio para generar nuevas instancias de cooperación técnica e intercambio de información. El objetivo del convenio es permitir una importante transferencia de información y metodologías que contribuirán a toda la industria en materia de sanidad vegetal y protección del ecosistema. Estamos convencidos de que el traspaso de los conocimientos científicos y de la investigación aplicada de nuestro Centro de Investigación e Innovación son esenciales para contribuir a una industria agrícola y vitivinícola moderna, con una producción sostenible y con productos de calidad.
Fortalecimiento del material vegetal del vivero
Su objetivo es el desarrollo de investigaciones que apuntan a eliminar o reducir la presencia de enfermedades del viñedo para obtener plantas más robustas y, por lo tanto, más resistentes a los patógenos presentes en los viñedos. En su tercer año de desarrollo el resultado de este proyecto y su paquete tecnológico pronto será utilizado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para la importación de nuevo material vegetal desde otros orígenes como Estados Unidos. La norma de integración de materiales va a incorporar las técnicas desarrolladas en el centro.
VISITAS EDUCATIVAS AL CII
En 2019, el Centro de Investigación e Innovación (CII) continuó realizando visitas académicas de escuelas de la comunidad cercana, con el objetivo de invitar a niños y adolescentes a empaparse de ciencia para que vean que no es lejana ni inalcanzable. Durante el año alumnos del Complejo Educacional Pencahue y el Colegio Nuevo Horizonte tuvieron la oportunidad de realizar esta visita al CII. De esta forma, el centro se ha posicionado como una visita obligatoria para colegios, liceos técnicos y universidades que buscan profundizar el aprendizaje de sus alumnos.
Durante 2019 se recibió la visita de 102 jóvenes provenientes de establecimientos educacionales de la región del Maule, además de 131 estudiantes de Universidades de Chile y el mundo al CII fortaleciendo así el compromiso con la comunidad local, nacional e internacional.
En 2019, la compañía se convirtió en la primera empresa vitivinícola en el mundo en certificar su patrimonio forestal bajo certificación FSC® con fines de conservación (FSC-C154029). Esta certificación fortalece el trabajo de conservación desarrollado por la compañía durante la última década.
Programa de Conservación de Bosque Nativo
La compañía cuenta con un extenso patrimonio natural de bosque nativo en sus instalaciones en Chile, que coexiste con la producción de vinos de calidad. El Programa de Conservación de Bosque Nativo de Viña Concha y Toro busca preservar, proteger y mantener la superficie de bosque nativo adyacente a los viñedos en Chile, junto a su flora y fauna. Este programa comenzó en 2011 con el registro ante la Corporación Nacional Forestal (CONAF) de un total de 3.272 hectáreas de bosque nativo esclerófilo distribuidas en nueve viñedos, superficie que aumentó a 4.272 hectáreas en 2019, al contemplar el alcance del certificado FSC® que incorpora superficie que no necesariamente es catalogada como de aptitud preferentemente forestal por la legislación forestal vigente, dada su menor cobertura pero si para la certificación de bosque nativo.
Desde el registro de su patrimonio forestal, Viña Concha y Toro ha realizado inventarios de biodiversidad y planes de conservación en todos los fundos declarados, identificando la presencia de numerosas especies endémicas y otras en diversas categorías de conservación. Con el fin de mantener y mejorar la estructura del bosque, la certificación FSC® implica llevar a cabo una serie de acciones, tales como implementar un plan de prevención de incendios forestales, la erradicación de especies invasoras al interior de los bosques, el enriquecimiento en sectores degradados y un monitoreo de biodiversidad periódico.
El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes, produciendo un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las comunidades. En un futuro se prevé que las consecuencias serán peores. Los patrones climáticos están cambiando, los niveles del mar están aumentando, los eventos climáticos son cada vez más extremos y las emisiones del gas de efecto invernadero están ahora en los niveles más altos de la historia. Si no actuamos, la temperatura media de la superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo. Las personas más pobres y vulnerables serán los más perjudicados.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del 5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza.
Desde hace tiempo se reconoce que para conseguir una economía robusta se necesitan inversiones en infraestructura (transporte, regadío, energía, tecnología de la información y las comunicaciones). Estas son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible, empoderar a las sociedades de numerosos países, fomentar una mayor estabilidad social y conseguir ciudades más resistentes al cambio climático.
El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.
El 30.7% de la superficie terrestre está cubierta por bosques y estos, además de proporcionar seguridad alimentaria y refugio, son fundamentales para combatir el cambio climático, pues protegen la diversidad biológica y las viviendas de la población indígena. Al proteger los bosques, también podremos fortalecer la gestión de los recursos naturales y aumentar la productividad de la tierra.