Fundada en 1883, Viña Concha y Toro se ha convertido en el principal productor de vinos de Latinoamérica con una destacada posición entre las compañías de vino más importantes del mundo y una presencia en 140 países. La compañía posee alrededor de 11.300 hectáreas de viñedos en Chile, Argentina y Estados Unidos. Su portafolio incluye los íconos Don Melchor y Almaviva y su marca emblemática Casillero del Diablo, además los vinos Trivento de Argentina y Fetzer de California. En 2015 Viña Concha y Toro ingresó al Dow Jones Sustainability Index Chile, primer índice de sustentabilidad de la Bolsa de Santiago, en 2017 ingresó al Top 10 a nivel global del Índice de Sustentabilidad Dow Jones en la categoría bebidas.
Trabajadores
2800
Sector Industrial
Vitivinícola
La viña ha asumido el compromiso de apoyar el desarrollo local, poniendo en marcha distintas iniciativas que tienen como objetivo la generación y transferencia de capacidades y conocimientos, demostrando su compromiso con la industria y el entorno social y productivo. Viña Concha y Toro ha desarrollado una serie de iniciativas destinadas al fomento económico, social y tecnológico de los pequeños productores de uva de la región. Es así que, en colaboración con el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), se promueve el programa de Alianzas Productivas y el Proyecto Lomas Campesinas.
Asesoría de producción
La compañía adquiere parte de las uvas que se reciben en los centros de acopio, lo que permite que los pequeños agricultores del rubro, comercialicen directamente con los compradores, sin la necesidad de intermediario. Alianzas Productivas, busca fortalecer a los proveedores locales de uva por medio de indicaciones técnico-prácticas de cultivo, con el objetivo de mejorar el volumen de uva producida, la calidad de la materia prima, su inocuidad, trazabilidad y eficiencia.
Las asesorías consideran un diagnóstico inicial para brindar sugerencias acordes a la realidad y a las características de cada negocio, a través de visitas prediales, giras, charlas técnicas y la transferencia de información de mercado.
Rescatando el patrimonio vitivinícola
El proyecto Lomas Campesinas, desarrollado por INDAP junto al Instituto de Investigaciones Agrarias (INIA), tiene como objetivo promover la vitivinicultura de la cepa país por medio de la producción de los vinos Lomas Campesinas, en pequeños productores, con la transferencia de conocimientos y el acceso a la distribución de sus vinos. En 2016, se realizó una producción de 12 mil botellas que rescatan cepas patrimoniales de los valles de Itata y Maule, como son País, Cinsault, Moscatel y Torontel, entre otras.
Viña Concha y Toro participó por medio de la producción del vino País del Valle del Maule, elaborado en colaboración con agricultores de uva país oriundos de Pencahue y el área enológica de la compañía, generando un vino 85% país y 15% carignan, fermentado en acero y guardado en barricas usadas para ganar profundidad en boca y complejidad.
El programa Cometas inició en 2016, una iniciativa de colaboración y asesoría técnica para agricultores de uvas premium, con el objetivo de promover relaciones de largo plazo que fomenten la estabilidad y sustentabilidad del negocio vitivinícola con el fin de que estos alcancen y mantengan en el tiempo los estándares aplicados por la compañía. Como parte de un trabajo colaborativo y multidisciplinario entre distintas gerencias de la compañía y el Centro de Investigación e Innovación (CII), el programa considera la transferencia de conocimientos aplicando talleres teórico-prácticos, enfocados en la formación de competencias.
Se llevaron a cabo cuatro actividades de extensión: 2 talleres teóricos-prácticos y 2 seminarios, registrando un total de 245 asistentes, de ellos, 166 eran productores de uva premium y 79 miembros de la compañía.
Talleres de aprendizaje
En el primer taller se presentaron los resultados de la investigación realizada por el CII, sobre el impacto del deshoje en la calidad de uvas y vinos, para luego asistir a un entrenamiento sensorial de aromas. Seguidamente, el segundo taller abordó la “Mecanización del deshoje de uvas de calidad”, donde tres empresas realizaron demostraciones en terreno con sus maquinarias, respondiendo las dudas de los asistentes.
Seminarios de actualización
Cometas se desafía de cara al 2017, para continuar profundizando la relación cercana y colaborativa con los productores de uva premium, a partir de acciones que sean útiles y aplicables a sus labores.
La conservación de la biodiversidad es un elemento de gran importancia para Concha y Toro, con presencia de distintas especies de flora y fauna habitando en los bosques nativos y cursos de agua de la viña, demuestra un excelente estado de su patrimonio natural, que coexiste con la producción de vinos de calidad, de características únicas y sustentables. El Programa de Conservación, busca proteger a las más de 3.270 hectáreas de bosque tipo esclerófilo y matorrales presentes en los diferentes fundos, para lo cual se incluyó su declaración de protección ante la Corporación Nacional Forestal (CONAF), de la superficie que corresponde a este ecosistema, lo que obliga a no explotar este recurso.
Comprometidos con conocer y mejorar la condición de la superficie protegida, en 2015 la empresa completó los inventarios de biodiversidad del 100% de las 3.272 hectáreas de bosque nativo que posee en Chile, dando paso a una nueva fase en el desarrollo de planes de manejo específicos para cada propiedad donde se encuentre el bosque y así resguardarlos, asegurando la mantención de su diversidad biológica, ecosistemas, suelos y cursos de agua.
Áreas de conservación
En 2016, se elaboraron los primeros Planes de Manejo de Conservación para los fundos Rucahue y Villa Alegre, ubicados en la VI y VII región, demostrando el excelente estado de conservación del patrimonio natural de la compañía. Otra zona importante, es el fundo Idahue que posee una gran superficie destinada a conservación inmersa en un área patrimonial de alto valor biológico y arqueológico.
Villa Alegre la joya natural de Concha y Toro
En el predio Villa Alegre, se presentan características más llamativas en su topografía, con corredores biológicos e islas de vegetación, que alcanzan gran superficie y que se insertan dentro del viñedo, la vegetación del área es de tipo esclerófilo, formada por árboles y arbustos siempre verdes, arbustos deciduos de verano, especies suculentas y un estrato herbáceo de plantas anuales y perennes. En el extremo norte del predio se encuentra un bosque de pataguas centenarias (crinodendron patagua), especie que crece siempre asociada a cursos de agua, por lo que es vulnerable a los cambios de uso del suelo y a la sequía.
En las zonas de matorral, una de las especies de mayor frecuencia y cobertura es el tralhuén (trevoa quinquenervia), de la familia ramnaceae, fijadora de nitrógeno, cumpliendo la función de mejorar la calidad del suelo, prestando un servicio ecosistémico al viñedo. El número de especies amenazadas incluidas en la lista roja de la UICN en listados nacionales de conservación se mantiene constante entre los distintos predios (8,8 especies en promedio).
Fondo de carbono Concha y Toro
Una de las principales amenazas para la industria vitivinícola es el riesgo que trae consigo el cambio climático, que empeora las condiciones de sequías y lluvias afectando directamente el tiempo de maduración de las uvas, generando variabilidad en las fechas de cosecha, en su calidad, fermentación y otras características. Este fenómeno constituye una de las principales amenazas para la industria vitivinícola a nivel mundial y por sus consecuencias, como el aumento de temperatura y la menor disponibilidad de agua, convirtiéndose en riesgos inherentes para la operación del negocio de la viña.
Una producción más limpia
De esta forma, la compañía ha puesto en marcha iniciativas para abordar los desafíos y oportunidades que trae el cambio climático, tanto en materia de eficiencia energética como en la reducción de sus impactos ambientales, de mitigación y/o compensación de emisiones, participando en alianzas sectoriales y multisectoriales, como el carbón. Concha y Toro participa del Disclosure Project, o el Programa “Vino, cambio climático y biodiversidad” del Instituto de Ecología y Biodiversidad(IEB), además de elaborar una línea de investigación de adaptación al cambio climático en conjunto con el UC Davis-Chile Life Sciences Innovation Center de la Universidad de California, para gestionar iniciativas de optimización de los recursos hídricos.
Mediciones de carbono
Desde el año 2007, se mide anualmente su huella de carbono, siendo una de las primeras en Chile en comenzar a sistematizar este indicador, cuyo cálculo es respaldado por una verificación independiente. La compañía entiende su huella de carbono, como una herramienta de gestión y medición del impacto en el calentamiento global, lo que le permite mejorar su desempeño medio ambiental y efectuar un uso más eficiente de los recursos. De esta manera se ejecuta un trabajo continuo en la búsqueda de disminución de la huella de CO2, en la cadena de suministro, etapa que concentra las principales emisiones. De esta manera, el peso y transporte de los insumos y productos son las principales áreas donde concentra sus esfuerzos; sin embargo, también se han implementado medidas de gestión interna que apuntan a la capacitación y sensibilización con respecto al tema de las emisiones en cada fase de producción.
Las emisiones por botella están en torno a un kilo de CO2
Avanzando hacia la gestión interna de emisiones, el Comité de Sustentabilidad de la compañía aprobó la creación del Fondo del Carbono Concha y Toro, iniciativa pionera a escala global que grava internamente la emisión de CO2. Basados en la premisa de la economía ambiental “quien contamina paga”, en toda la corporación se mide el costo de emitir CO2, con el propósito de recaudar recursos para implementar proyectos de abatimiento del gas, reflejando así, una nueva visión empresarial en la incorporación de energías renovables.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del 5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza.
La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo.
El 30.7% de la superficie terrestre está cubierta por bosques y estos, además de proporcionar seguridad alimentaria y refugio, son fundamentales para combatir el cambio climático, pues protegen la diversidad biológica y las viviendas de la población indígena. Al proteger los bosques, también podremos fortalecer la gestión de los recursos naturales y aumentar la productividad de la tierra.
El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes, produciendo un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las comunidades. En un futuro se prevé que las consecuencias serán peores. Los patrones climáticos están cambiando, los niveles del mar están aumentando, los eventos climáticos son cada vez más extremos y las emisiones del gas de efecto invernadero están ahora en los niveles más altos de la historia. Si no actuamos, la temperatura media de la superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo. Las personas más pobres y vulnerables serán los más perjudicados.