Empresas CMPC, conocida también como La Papelera, es un holding forestal y papelero chileno controlado por la familia Matte, fundado por Decreto Supremo n°589 y con firma del Presidente de la República, Juan Luis Sanfuentes, el 12 de marzo de 1920, como Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones.
En la actualidad, la firma cuenta con el segundo patrimonio forestal de Chile y su principal negocio es el de la celulosa, que representa cerca de un 33% de sus ventas consolidadas. Su capacidad de producción alcanzó a 4,1 millones de toneladas anuales tras la puesta en marcha de una segunda línea en la planta Guaiba (celulosa), la cual se ubica en el Estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil. Las agencias clasificadoras de riesgo la describen como una empresa diversificada tanto en sus negocios como en los mercados de destino de sus productos.
Trabajadores
17145
Sector Industrial
Forestal
En la política de CMPC, se destaca el compromiso con la biodiversidad a través del interés por conservar ecosistemas que albergan altos valores de conservación, restaurar ecosistemas degradados y recuperar su integridad y sustentabilidad. Para lograr estos objetivos, la compañía realiza un trabajo permanente de monitoreo y manejo adaptativo para conservar 10.000 hectáreas de áreas de alto valor de conservación (AAVC). Asimismo, CMPC cuenta con un plan de restauración ecológica de 9.000 hectáreas que considera entre otros:
El plan de restauración comenzó a ejecutarse en 2012. Durante 2017, se iniciaron 288.0 hectáreas de restauración, lo que sumado a los años anteriores, alcanza un total de 1.436,6 hectáreas. Cabe destacar que la restauración de bosques nativos a esta escala, es nueva en Chile y con muy pocos casos a nivel mundial.
Entre los proyectos de mayor relevancia y avances en restauración destacan:
CMPC Pulp (celulosa) inició la implementación de un sistema de gestión de energía en 2013, en un escenario de altos costos para los insumos energéticos, logrando su certificación bajo la norma internacional ISO 50001 en 2014. Durante este proceso, se estableció como objetivo mejorar el desempeño energético de sus operaciones reduciendo en un 20% el consumo de insumos de energía externa por unidad de pulpa producida al año 2020, con respecto al 2013, originándose así el plan de eficiencia energética 20/20. El plan, comenzó con una auditoría energética externa enfocada en identificar oportunidades para reducir el uso de energía térmica, el cierre de circuitos de recuperación de energía residual, mejoras en el contenido de energía de biomasa, nuevas tecnologías en el uso de los energéticos y la mejora de la eficiencia de los equipos. El plan ha tenido un gran éxito, ya que la meta 2020 se superó durante 2017, logrando una reducción del 22% del uso de insumos de energía externos. Esta disminución se logró con una reducción anual promedio de 4.5 millones de GJ, totalizando 18 millones de GJ entre 2014-2017, lo que llevó a una reducción de emisiones de 198 mil toneladas de CO2eq. Además, la valoración del ahorro de energía obtenido de la reducción de los insumos de energía externa es de 40,2 millones de dólares. Estas mejoras se obtuvieron mediante la implementación de proyectos de eficiencia energética, las mejores prácticas operativas y la mayor estabilidad del proceso. En noviembre de 2017, cada una de las plantas de celulosa de Chile, recibió el Sello Gold de Eficiencia Energética del Ministerio de Energía de Chile y la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, en reconocimiento a su gestión energética en estos años. Además, entre todas las empresas que recibieron el Sello Gold, se premió a un proyecto de la planta pacífico y un proyecto de la planta de Santa Fe, estuvo entre los tres finalistas. Estas distinciones, son una prueba del buen trabajo ejecutado a través del sistema de gestión de energía en CMPC Pulp y le han dado a la organización, una motivación renovada para establecer nuevos objetivos ambiciosos que guiarán el camino hacia una mejora continua en su desempeño energético y compromiso real con la sostenibilidad.
El parque Alessandri busca acercar y crear un vínculo entre la comunidad y las actividades de CMPC, a través de la realización de actividades educativas, culturales y recreacionales gratuitas abiertas a todo público. En una superficie de 11 hectáreas, el parque está compuesto por distintos espacios: senderos educativos y de trekking, un anfiteatro cultural, una sala del árbol, un vivero educativo, un sendero en el bosque nativo, el Museo Artequin y una sala de conferencias. Destacan las actividades de sábados culturales de verano; me presento en el parque; semana del párvulo, mes del medioambiente; caminatas nocturnas; semana de la educación artística y concurso escolar de Arte Artequin. A través de las actividades se busca dar a conocer el quehacer forestal e industrial de CMPC, la sustentabilidad de sus operaciones y la necesidad de los productos derivados del bosque en el bienestar de las personas. Asimismo, el espacio tiene como propósito educar en el conocimiento, respeto y cuidado del patrimonio natural de Chile y promover la apreciación y creación de diferentes manifestaciones artísticas y culturales.
Desde el parque, se promueve la vinculación con la comunidad local a través de un comité asesor, en el que participan representantes de la academia, sector privado y público, incluyendo al alcalde de la comuna de Coronel, el Seremi de Educación de Biobío y la directora regional de Sernatur. Durante 2017, se registraron 153.877 visitantes al parque, de los cuales 34.217 correspondieron a estudiantes.
El 30.7% de la superficie terrestre está cubierta por bosques y estos, además de proporcionar seguridad alimentaria y refugio, son fundamentales para combatir el cambio climático, pues protegen la diversidad biológica y las viviendas de la población indígena. Al proteger los bosques, también podremos fortalecer la gestión de los recursos naturales y aumentar la productividad de la tierra.
La energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos. El acceso universal a la energía es esencial.
Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más. En el mejor de los casos, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4000 millones de personas vivía en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5000 millones para 2030. Se necesita mejorar, por tanto, la planificación y la gestión urbanas para que los espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.