En esencia somos una compañía de servicio, cuyo mayor activo son las personas y que gracias a nuestro espíritu innovador y foco en la excelencia, nos hemos convertido en líderes de las áreas de alimentación y gestión integral de instalaciones, buscando aportar en diversos sectores como salud, minería, empresas, retail, industrias y educación.
Operando desde 1936, hoy nos encontramos presentes en 19 países del mundo y, con más de 248 mil trabajadores, hemos forjado una cultura de hospitalidad que busca impactar positivamente en nuestros socios, comunidad y el planeta.
Trabajadores
+26.000
Sector Industrial
Servicios a Empresas
Según la FAO, el volumen de desperdicio de alimentos a nivel mundial alcanza 1,6 billones de toneladas al año, con un costo estimado de 750 billones de dólares. Esto significa que un tercio de los alimentos aptos para el consumo es desperdiciado en el transporte, producción, venta y otras etapas de su cadena de comercialización. Dentro de este total, América Latina constituye el 6% de las pérdidas y desperdicio mundial de alimentos, equivalente a 127 millones de toneladas.
Aramark Chile brinda alimentación a más de 40 millones de usuarios al año y en este contexto la escala de la compañía le hace tener un rol consciente sobre el desperdicio de alimentos que se genera a lo largo de toda la cadena de producción, desde que se elaboran las preparaciones hasta su consumo final. Para contribuir a esta causa, se firmó en el 2016 un convenio con Red de Alimentos, organización sin fines de lucro cuya misión es rescatar alimentos aptos para el consumo pero que por diferentes motivos no pueden ser comercializados, y distribuirlos a personas vulnerables, convirtiéndose la red en nexo entre las empresas de Aramark y una red de organizaciones sociales. De esta manera durante el 2017 se donaron más de 40.000 kilos de alimentos, beneficiando a 140 instituciones sociales que alcanzan en total a más de 110.000 personas necesitadas.
El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza. Gestionadas de forma adecuada, la agricultura, la silvicultura y la acuicultura pueden suministrar comida nutritiva a todo el planeta, así como generar ingresos decentes, apoyar el desarrollo centrado en las personas del campo y proteger el medio ambiente. Pero ahora mismo, nuestros suelos, océanos, bosques y nuestra agua potable y biodiversidad están sufriendo un rápido proceso de degradación debido a procesos de sobreexplotación.
El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.