En noviembre de 2023, Aguas Andinas lanzó públicamente su nueva estrategia, Biociudad, una nueva mirada de futuro para hacer frente a los efectos del cambio climático e impulsar la resiliencia y la seguridad hídrica sostenible en el tiempo, tanto para la ciudad como para sus más de ocho millones de habitantes. La propuesta incluye una batería de soluciones concretas ordenadas en torno a cinco pilares. Más información sobre el plan en http://www.biociudad.cl.

Biociudad contempla inversiones por USD 1.000 millones de aquí al 2030, monto que incluye USD 255 millones ya invertidos en planes de resiliencia y medidas de adaptación al cambio climático. Pilares de acción.
1.- Nuevas fuentes Implementar alternativas hídricas para disminuir la dependencia de las aguas superficiales —que se han visto impactadas en cantidad y calidad por los efectos del cambio climático— y aumentar la disponibilidad de agua en general.
2.- Resiliencia Generar soluciones concretas para que Santiago sea una ciudad más preparada de cara a los desafíos del cambio climático, en especial frente a eventos extremos que alteren nuestra producción de agua potable al elevar la turbiedad de los ríos.
3.- Mayor aprovechamiento de aguas subterráneas Gestionar de manera responsable y sostenible las aguas subterráneas de la cuenca, para dar más seguridad de abastecimiento a la ciudad en el corto plazo, ya que esto aumentará la independencia de las fuentes superficiales y entregará un respaldo mientras se implementan soluciones de nuevas fuentes.
4.- Soluciones basadas en la naturaleza Sumar soluciones que aprovechen el poder y los beneficios de la naturaleza para abordar los desafíos urgentes de disponibilidad de agua.
5.- Uso responsable Promover acciones que incentiven un uso responsable y eficiente del recurso hídrico en un contexto de emergencia climática cada vez más demandante

En 2017 Aguas Andinas introdujo el nuevo concepto de las biofactorías en la industria mundial de servicios ambientales. A diferencia de las plantas de depuración tradicionales, que consumen energía externa y producen residuos, las biofactorías se valen de una serie de tecnologías para valorizar los subproductos del tratamiento de aguas servidas, apuntando al autoabastecimiento energético y a no generar residuos ni impactos ambientales en el largo plazo. La compañía cuenta actualmente con dos de estos centros productivos, La Farfana y Mapocho-Trebal. Las biofactorías Mapocho-Trebal y La Farfana, junto a otras 15 plantas más pequeñas, depuran alrededor de 1.300 millones de litros diarios de agua residual, que llegan a estas instalaciones directamente a través de la red de alcantarillado, sin ser descargadas en el río Mapocho ni en otros cauces.

-Valorización de biosólidos para la agricultura:100% de los desechos orgánicos separados del agua durante el proceso de depuración se utiliza en la agricultura y la regeneración de suelos degradados.
-2/3 se usan directamente como biosólidos, luego de pasar por una serie de controles de calidad.
-1/3 se somete a proceso de biosecado en el Centro de Gestión Integral de Biosólidos El Rutal y se vende como abono seco a través de la marca Huechún.
-30.000 + hectáreas han sido beneficiadas con estos biofertilizantes.
-469 millones de metros cúbicos de agua depurada en 2023.
-11.219.325 Nm3/mes de Biogás destino Metrogas para la metanización

El abono Huechún es fruto de un proyecto de varios años cuyo objetivo fue valorizar los biosólidos generados en el tratamiento de aguas servidas. El resultado es un fertilizante biológico para la preparación de suelos de diversos cultivos que hoy es altamente demandado por productores frutícolas y vitivinícolas de la zona central. Producido en la planta El Rutal mediante un proceso de estabilización y biosecado que mejora las propiedades agrícolas, el SAG (24) l o reconoció como fertilizante en 2021 y desde entonces su precio se ha triplicado. Para la empresa es una iniciativa prioritaria tanto por sus perspectivas comerciales como por potenciar la circularidad. Además, Huechún contribuye a disminuir la huella de carbono agrícola, algo que se conoce como “agricultura del carbono”. Al ser un fertilizante a base de nitrato, es una fuente rica y eficiente de nitrógeno, que es absorbido completamente por las plantas. Así, evita que se pierda en el ambiente, estimula la captación de más CO2 por parte de las plantas y, al impulsar mayores producciones de alimento por unidad de tierra arable, ayuda a prevenir la deforestación y los cambios en el uso del suelo. Esto es especialmente relevante si consideramos que el sector agropecuario es responsable de un 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) según el IPCC (25) y que, de acuerdo con la CEPAL, la contribución de América Latina y el Caribe es 1,5 veces superior a la del promedio mundial, en gran parte debido a la utilización inadecuada de fertilizantes.

Todavía existen sectores de la Región Metropolitana sin servicios sanitarios, a menudo ocupados por campamentos o en zonas dentro de las áreas concesionadas donde se han construido viviendas sin urbanización formal. Como consecuencia, durante décadas sus habitantes han debido abastecerse de agua mediante camiones aljibes, extracción de vertientes naturales u otros mecanismos rudimentarios. Aunque esta problemática excede las obligaciones legales de Aguas Andinas, su compromiso con el acceso universal al agua la impulsa a buscar soluciones para casos históricos y complejos, trabajo que realiza junto a ANDESS, la Gobernación, municipios e inmobiliarias. Siguiendo los protocolos internos de evaluación técnica y económica de proyectos, en 2023 se abordaron dos casos emblemáticos.

– Construcción de una red de agua potable para Pomairito: Este proyecto, gestionado por la Municipalidad de El Monte, consiste en una solución de agua potable para 56 viviendas ubicadas al fondo de la calle Pomairito de dicha comuna, de las cuales 46 se encuentran en una zona rural, fuera del área de concesión. El proyecto pasó por diversas instancias hasta que en septiembre de 2019 se logró firmar un contrato que facultó a Aguas Andinas para brindar el servicio de agua potable de acuerdo con el artículo 52 bis de la Ley Sanitaria. Luego de un intenso trabajo colaborativo, un segundo contrato firmado en diciembre de 2021 permitió que la compañía concretara obras correspondientes a 1.264 metros de redes de agua potable y la instalación de 56 medidores. Estas se ejecutaron en 2022, en línea con lo programado. Finalmente, en julio de 2023 tuvo lugar el acto oficial donde se formalizaron los contratos individuales entre la empresa y cada uno de los vecinos.

– Planta depuradora para Villa Loreto: El 25 de enero de 2023, Aguas Andinas y la Municipalidad de Talagante suscribieron un contrato para la construcción de una planta de tratamiento de aguas servidas privada en un sector de la comuna, la Villa Loreto, que es abastecido de agua potable por la empresa, pero solo cuenta con fosas para disponer sus aguas residuales. Según la normativa, construir redes y conexiones es obligación de los urbanizadores, en este caso, la municipalidad. Sin embargo, la SISS aprobó que la compañía construya la planta depuradora, que tiene un costo mucho menor que la alternativa de un colector de 3,2 km de longitud. El acuerdo beneficiará a 91 familias que actualmente viven en el lugar.

– Acuerdo de colaboración con el Serviu y Seremi de Vivienda: En el marco del Plan de Emergencia Habitacional 2022-2025 que está ejecutando el Gobierno Central, en mayo de 2023 Aguas Andinas, el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) de la Región Metropolitana y la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda (54) firmaron un acuerdo de colaboración que ayudará a agilizar la entrega de hogares definitivos en la región. El principal objetivo es eliminar barreras burocráticas y optimizar los trámites relacionados con la instalación de servicios sanitarios en los proyectos habitacionales. Con ese fin, se estableció una mesa técnica tripartita que sesiona mensualmente para proponer los temas y lineamientos que serán desarrollados en el año. Además, Aguas Andinas se comprometió a proporcionar todos los mecanismos necesarios para obtener la factibilidad de agua potable y alcantarillado, y a brindar apoyo en la evaluación anticipada de las factibilidades técnicas para la instalación de servicios sanitarios, incluyendo el respaldo al banco de suelos creado por el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo para la construcción de proyectos habitacionales.