Aguas Andinas es una empresa chilena de servicios sanitarios, que realiza el suministro de agua potable y alcantarillado en la ciudad de Santiago de Chile, a excepción de la totalidad de las comunas de Maipú y Cerrillos; el 1% de San Bernardo, y una parte de Estación Central, las que son abastecidas por el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Maipú. Es una de las mayores empresas sanitarias de Latinoamérica, prestando servicio a más de 8 millones de habitantes y con un total de más de 71.000 hectáreas de concesión. Está controlada por el Grupo Agbar español, que también controla Aguas Cordillera y Aguas Manquehue.
Trabajadores
2103
Sector Industrial
Sanitaria
Durante el 2017 el área de Compliance, trabajó en el desarrollo e implementación de un sistema que tiene como principal arista la gestión de la anticorrupción. Para delinear su estructura, se aprobaron las siguientes políticas y procedimientos, que al mismo tiempo conforman dicho Sistema:
Uno de los grandes hitos del año fue la certificación del Sistema de Gestión Anticorrupción de Aguas Andinas, Aguas Cordillera y Aguas Manquehue, en la norma ISO 37.001 (Anti-Bribery Management Systems), luego de ser auditadas por la certificadora AENOR España. Este proceso significó un gran paso en el desarrollo de la cultura de integridad al interior de la empresa, pues involucró el trabajo de toda la organización.
Otro hito importante fue la creación de un Comité de Sistema de Gestión Anticorrupción y un Comité de Integridad y Cumplimiento. En el primero, participa el Presidente del Directorio y tiene como principal responsabilidad definir las acciones destinadas a implementar, controlar, mantener y mejorar el desempeño del Sistema de Gestión Anticorrupción. Por su parte, el segundo comité es responsable del seguimiento del Sistema de Gestión Compliance donde también participa el Presidente además del Gerente General (CEO). Ambos comités sesionan al menos semestralmente, con el objetivo de revisar el desarrollo y principales avances del Sistema, en relación a sus objetivos e indicadores.
También durante 2017 y teniendo como principal objetivo el desarrollo y fortalecimiento de una cultura de integridad en la organización, toda la documentación del Sistema de Gestión Compliance fue difundida a través de un plan de capacitación conforme al cual se capacitó a 502 trabajadores y trabajadoras. (Más de 630 personas considerando incluyendo filiales). En dichas instancias se expuso el Sistema, sus políticas y procedimientos, además del canal de denuncias. El programa de formación también incluyó charlas de inducción donde se capacitó a 60 nuevos trabajadores y trabajadoras de la organización en los meses de mayo y noviembre; y charlas donde se expusieron los desafíos para el 2018, realizadas a un total de 83 trabajadores y trabajadoras.
Por otro lado, y con el mismo objetivo de difusión, se desarrolló un plan de comunicación que incluyó la creación de un minisitio en intranet, disponible para todos los trabajadores y una pestaña de Compliance en la página web corporativa. Además, se trabajó en el diseño de una Guía Práctica de Integridad y Compliance, que resume el Sistema de Gestión.
Aguas Andinas realiza una importante labor en las zonas rurales, como activos colaboradores del programa de Agua Potable Rural (APR) que impulsa el Ministerio de Obras Públicas a través de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH). Durante 2017, la empresa renovó su participación por dos años, la que incluye entregar asesoría comunitaria, técnica, administrativa y financiera contable a organizaciones comunitarias, junto a la actuación como unidad técnica, correspondiendo a Aguas Andinas la ejecución de estudios de ingeniería y construcción de obras para distintas localidades.
En 2017 se realizó la inversión más alta lograda por el programa en la Región Metropolitana, alcanzando los $11.500 millones, un 65% más respecto del año anterior, y que benefició directamente a más de 50.000 personas. Además, en todas las obras y diseños de ingeniería se efectuaron reuniones de participación ciudadana, contabilizándose 72 encuentros con las comunidades durante 2017. En el ámbito de la asesoría comunitaria, se efectuaron 435 visitas de los equipos técnicos a las comunidades rurales, se asistió técnicamente en 40 emergencias por discontinuidad, se celebraron 4 jornadas de formación y se efectuó una nueva Feria Regional de Proveedores.
Asimismo, Aguas Andinas abrió sus programas de formación hacia las comunidades rurales y por primera vez, 4 trabajadores de servicios de APR se Diplomaron de Operadores de Redes. El trabajo de los años 2016 y 2017 permitió cumplir en un 100% con los indicadores del convenio. Los dirigentes y trabajadores que participaron de las actividades evaluaron positivamente todas las encuestas de satisfacción que realiza la Dirección de Obras Hidráulicas (notas >5).
Adicionalmente, cabe mencionar que los equipos de la empresa brindan apoyo constante ante situaciones de escasez hídrica, mediante el desarrollo de los proyectos de ingeniería y construcción de pozos encomendados y financiados por la DOH, como también mediante el abastecimiento de agua potable con camiones aljibe de Aguas Andinas a las comunidades de Espinalillo, Rungue y Montenegro.
A mediados de 2017 se materializó un importante hito para Aguas Andinas: transformar las plantas de tratamiento de aguas Ssrvidas La Farfana y Mapocho-Trebal en biofactorías, centros productores de recursos, que no generan residuos ni impacto al medio ambiente y no consumen energía de origen fósil, ya que generan su propia energía para funcionar, avanzando de esta forma a paso decidido por la senda de la economía circular.
Las biofactorías tienen como meta el logro de cero residuos, cero energía (autoabastecimiento energético), alcanzar un impacto social positivo y preservar la biodiversidad. En octubre de 2017 comenzó el nuevo contrato de operación de la planta La Farfana que incorporó el concepto de Biofactoría, con el gran cambio de paradigma que supuso el pasar de un contrato de gestión de residuos a un contrato de gestión de recursos. Adicionalmente, el contrato incluyó la gestión de proyectos para la realización de inversiones con el fin de transformar la instalación en una biofactoría. La hoja de ruta de esta transformación incluye 16 proyectos, de los cuales se aprobaron 3 en 2017, y los demás se encuentran en fase de anteproyecto. De los aprobados, dos se asocian a la gestión del recurso hídrico, específicamente al tratamiento del nitrógeno tanto en La Farfana como en Mapocho-Trebal, y se espera que estén implementados en 2019. El tercer proyecto consiste en la instalación de nuevos motores para aumentar la capacidad de cogeneración con biogás en la biofactoría Mapocho-Trebal, lo que busca lograr el 100% de autonomía energética.
Durante el 2017, las biofactorías restituyeron al medio ambiente más de 600 millones de metros cúbicos de agua tratada, entregándolo a cursos de agua natural para su aprovechamiento. Además, se revalorizaron 112 mil toneladas de biosólidos, los que fueron utilizados como abono agrícola en predios de la Región Metropolitana. Respecto a energía renovable, en la biofactoría Mapocho-Trebal se generaron 186 GJ de energía eléctrica que representó un total de 76,4% de autoabastecimiento energético en esta instalación. Por su parte, la biofactoría La Farfana dispuso 356 mil GJ de energía en forma de gas natural, lo que permite abastecer a 100 mil hogares de la Región Metropolitana.
La puesta en marcha de las biofactorías fue acompañada de un proyecto educativo que comenzó en mayo de 2017 y que tuvo como objetivo comunicar y divulgar los aspectos tecnológicos y la experticia que conforma la biofactoría integrada por La Farfana, Mapocho-Trebal, El Rutal y La Florida, de una manera cercana y amigable para todo público. Gracias a un equipo multidisciplinario, liderado por la Escuela del Agua, se simplificaron los complejos procesos que han permitido dar un importante salto desde la gestión más tradicional del agua hacia un nuevo modelo de gestión más sostenible, demostrando que es posible esta evolución natural de las plantas de aguas servidas, a fábricas capaces de generar vida y nuevos recursos. En el contexto de este proyecto, se intervinieron parte de los espacios administrativos de las tres biofactorías para convertirlos en puntos de acogida y de encuentro con la comunidad, instalando videos, paneles y recursos experienciales como realidad virtual, realidad aumentada y mapping interactivo, donde el visitante puede interactuar y entender qué es y cómo funcionan las biofactorías. Durante el 2017 se recibieron más de 500 vivistas de autoridades, estudiantes y comunidades en general en las 3 instalaciones.
Aguas Andinas ha desarrollado variadas iniciativas de autoabastecimiento que permiten avanzar en la meta de lograr su sostenibilidad energética: cogeneración por biogás, metanización del biogás para su uso como gas natural y turbinas de generación en la red de agua potable.
La cogeneración en Aguas Andinas consiste en el aprovechamiento del biogas generado por la biofactoría Mapocho-Trebal en el proceso de depuración de las aguas residuales, para ser utilizado como combustible en la producción de energía eléctrica. Aquí, tanto el calor de los motores de cogeneración como sus gases de escape se utilizan como fuente de energía térmica para los procesos de digestión anaeróbica y de hidrólisis térmica. La energía eléctrica obtenida se utiliza en la misma biofactoría y también puede exportarse a la red eléctrica general del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). En 2017 los motores de cogeneración de Aguas Andinas lograron producir 51.792.240 kWh, lo que representa un 4% más de la meta anual definida, lo que muestra el compromiso y esfuerzos de maximizar estas fuentes de energía de origen renovable no convencional dentro de la empresa. A nivel anual, el 76,4% de la demanda energética de la biofactoría Mapocho-Trebal fue abastecida por energía obtenida del biogás, lo que permite evitar la emisión de más de 20 mil toneladas de CO2eq.
La biofactoría La Farfana tiene como proceso de reutilización de su recurso biogás una planta que produce gas natural usando como fuente de metano el mismo biogás producido en el proceso de depuración de las aguas residuales. Durante el año 2017 se produjeron 356 mil GJ de energía en forma de gas natural, abasteciendo a 100 mil hogares de la región metropolitana.
En la última línea de trabajo, con el objetivo final de obtener autosuficiencia energética, se ha comenzado a instalar turbinas de generación de energía eléctrica que aprovechan el movimiento del agua en las tuberías de agua potable de la ciudad. La primera que se instaló durante el 2017 se encuentra en el Recinto de Agua Potable San Antonio, en la comuna de La Dehesa. En esta instalación, existe un aporte gravitacional desde 90 metros de altura desde la Planta San Enrique, permitiendo la generación de 60 kW de potencia en promedio, generando alrededor de 400 mil kWh al año, mientras se abastece de agua potable a la ciudadanía. Adicionalmente, se tienen en estudio de ingeniería de detalle otros dos lugares y en exploración de factibilidad más de diez otros puntos.
El Estado, a través de las municipalidades, otorga un subsidio a los grupos sociales en situación de pobreza con el objetivo de asegurar su acceso a los servicios sanitarios a un menor costo. En coherencia con la visión de Aguas Andinas de “Ir más allá del agua, generando valor social y medioambiental” y como complemento a los subsidios estatales, se elaboró una política de facilidades de pago, que ofrece una gama de opciones para los clientes; dependiendo de su situación socioeconómica, se realizan regularizaciones en cuotas sin pago de intereses o se establecen nuevos convenios de pago.
La empresa cuenta con dos programas de regularización de deuda: “Cuenta Amiga” y “Aguas Andinas te da la Mano”. El primero está dirigido a familias vulnerables, que tengan ocho o más saldos impagos. Gracias a este programa, se otorgan facilidades de pago mediante un convenio con un pie compartido (aporte municipal y aporte del cliente). A partir de la firma del convenio, el cliente paga su consumo mensual más un 25% adicional, por un plazo de 36 meses sin intereses. Luego de finalizar ese período, se le condona el resto de la deuda. La fórmula de pago (variable en función del consumo) constituye un incentivo para el ahorro de agua.
El programa “Aguas Andinas te da la Mano” es una iniciativa destinada a regularizar la situación de clientes vulnerables, que se encuentran con deudas acumuladas iguales o superiores a 200 mil pesos, que tienen igual o más de 24 saldos impagos y que no pueden acceder a un convenio de pago normal. El convenio consiste en cancelar un pie mínimo de $5.000 y una cuota fija de $2.500 durante 24 meses, luego de lo cual, se extingue la deuda.
Para dar a conocer estos dos beneficios, la compañía realiza operativos en terreno y jornadas con las Juntas de Vecinos y los municipios. Además, se envían cartas para los potenciales beneficiarios con el fin de que se acerquen a su municipalidad. Durante el 2017 se suscribieron 24.068 convenios sociales, de los cuales un 39% correspondió al programa Cuenta Amiga y un 61% a Aguas Andinas te da la Mano. El monto condonado del año ascendió a $ 1.017 millones.
El programa GotaGotham se ha consolidado desde su lanzamiento en 2011, como un programa de referencia en materia de educación ambiental, con énfasis en el uso responsable de agua. Los profesores de ciencias del medio y tecnología reciben materiales lúdico-pedagógicos en línea con el currículo escolar, que apuntan a incentivar a sus alumnos a realizar acciones concretas en favor del medio ambiente, aprendiendo durante un período de tres meses, sobre temáticas tales como el ciclo natural y el ciclo urbano del agua, su uso responsable y el papel fundamental que cada uno juega en el cuidado del medio ambiente. El proceso termina con un concurso de manualidades vinculadas al cuidado del agua.
Durante el año 2017 el programa GotaGotham, contó con la participación de 4.880 alumnos de 5°Básico y abarcó un total de 100 colegios participantes. Del total de éstos, un 33% está certificado por el Sistema de Calificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE). Se destaca que el 94% de los alumnos opinó que Aguas Andinas es una empresa socialmente responsable, mientras que el porcentaje de conocimiento que tienen los apoderados sobre el programa que realiza la empresa en el colegio de sus hijos llegó a un 80%. De los resultados más destacados del programa, se encuentra la nota 6,7 que los profesores colocaron a GotaGotham. El programa se realiza con el apoyo de la Fundación Educacional Lo Barnechea.
Con el objetivo de responder eficientemente a la modificación de los factores naturales que provoca el cambio climático, la empresa determinó que el principal riesgo al que se ve enfrentada es a la imposibilidad de tratar el agua cruda a raíz de la excesiva turbiedad en los ríos Maipo y Mapocho; el segundo riesgo es la falta de recurso debido a la sequía. Para hacer frente a estos riesgos y asegurar la disponibilidad del servicio, el trabajo de Aguas Andinas se enfoca tanto en la construcción de nuevas infraestructuras como en la implementación de un nuevo modelo de gestión frente a emergencias.
Aguas Andinas construyó durante 2017 las obras de emergencia, que incrementó el volumen de reserva de agua potable en 54 millones de litros, proyecto por el cual se habilitaron pozos que suministran 1.000 l/s. Estas grandes inversiones aportan a la ciudad 11 horas de autonomía frente a eventos de turbiedad. En el mismo año y tras aprobarse la Resolución de Calificación Ambiental, Aguas Andinas comenzó la construcción de los megaestanques de Pirque: 6 estanques de agua cruda de 1.482 millones de litros, que llevarán la autonomía de la ciudad frente a eventos de turbiedad extrema a 34 horas. La inversión total de esta gran infraestructura supera los USD 115 millones y se prevé su finalización en diciembre de 2019. Con la puesta en servicio de los megaestanques, Aguas Andinas será capaz de resistir cualquier evento de turbiedad extrema similar a los ocurridos en el pasado.
Por lo que hace referencia a la gestión de emergencias, durante 2017 la compañía igualó su sistema de alerta al del Sistema Nacional de Protección Civil, con el objeto de comunicar de la misma forma y coordinadamente los eventos de emergencia. En este mismo año, Aguas Andinas junto a la Intendencia de Santiago, firmó el “Protocolo de Gestión de Emergencias” que busca proveer de suministro alternativo de agua potable a la población, en caso de interrupciones obligadas por efecto de contingencias climáticas o desastres naturales. El protocolo, que incluye un conjunto de acciones con responsabilidades compartidas, fue suscrito por la empresa, la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI), la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) y 28 municipios de la Región Metropolitana.
Las amenazas de homicidio intencional, la violencia contra los niños, la trata de personas y la violencia sexual, son temas importantes que debe ser abordados para crear sociedades pacíficas e inclusivas. Allanan el camino para la provisión de acceso a la justicia para todos y para la construcción de instituciones efectivas y responsables en todos los niveles.
El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño. Sin embargo, actualmente el reparto del agua no es el adecuado y para el año 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce. La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición.
Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más. En el mejor de los casos, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4000 millones de personas vivía en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5000 millones para 2030. Se necesita mejorar, por tanto, la planificación y la gestión urbanas para que los espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
La energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos. El acceso universal a la energía es esencial.
A nivel mundial, el número de personas en situación de extrema pobreza disminuyó desde un 36 % en 1990 hasta un 10 % en 2015. No obstante, el ritmo al que se produce este cambio y la crisis provocada por el COVID-19 pone en riesgo décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. Una nueva investigación publicada del Instituto Mundial de Economía del Desarrollo de Naciones Unidas, advierte que las consecuencias económicas de la pandemia, podrían incrementar la pobreza en todo el mundo, afectando a un 8 % de la población mundial. Esta sería la primera vez, en 30 años, en que la pobreza mundial aumente.
La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo.
El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales, que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.
El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes, produciendo un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las comunidades. En un futuro se prevé que las consecuencias serán peores. Los patrones climáticos están cambiando, los niveles del mar están aumentando, los eventos climáticos son cada vez más extremos y las emisiones del gas de efecto invernadero están ahora en los niveles más altos de la historia. Si no actuamos, la temperatura media de la superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo. Las personas más pobres y vulnerables serán los más perjudicados.